¡Las células nunca dejan de trabajar, ni aunque un golpe de calor las amenace! Además, ¡ahora la valiente Eosinófilo debe hacerle frente a una intoxicación alimentaria! Mientras todo esto sucede, conoceremos más acerca del pasado de la despistada Leucocito en la médula ósea roja, mientras aún era una pequeña célula madre; y del extravagante Eritrocito, quien ya era valiente desde que era un tierno Mielocito. Las células cancerosas amenazan el cuerpo humano. ¿pero en verdad siempre fueron así de malignas? ¿Qué triste pasado oscuro ocultan?