A pesar de la admiración que siente por él, Akagi acaba con la carrera como yudoka de Ichimori cuando los chicos aún están en bachillerato. Aunque se compromete a ceder a sus deseos a modo de compensación, se separan tras un amargo desencuentro... Desde entonces Akagi se ha sentido culpable por lo que pasó, hasta que seis años más tarde Ichimori se presenta ante él con una sonrisa de oreja a oreja y se instala en su casa durante una temporada. Junto con el resurgir de un amor del pasado, este volumen también incluye una historia sobre un jefe egocéntrico, un antiguo pandillero…