Sobre Yashiro, el wakagashira del Shinsei-kai, se dice que es un depravado amante de los hombres. Y, aunque el rumor sea cierto, él tiene claro que jamás se acostaría con ninguno de sus subordinados. Sin embargo, después de verse al borde de la muerte, algo cambia en la relación que mantiene con su guardaespaldas, Dômeki. Dômeki, un hombre ajeno al deseo, estaría dispuesto a entregar su vida por proteger a su jefe. Sin embargo, la devoción que siente por Yashiro no es del todo incondicional. Tendrá que hacer lo imposible por esconder unos sentimientos que él mismo se resiste a reconocer. Con Nanahara en peligro mortal, la lucha por el poder en la yakuza alcanza su punto álgido. Es entonces cuando Yashiro se da cuenta de que hay algo que su guardaespaldas le ha estado ocultando.