Tras ser atacado en aquel callejón oscuro, Makoto se siente extraño. Le molesta la luz del sol, huele a sangre por todas partes y, además, no tiene apetito.
De vuelta al instituto, planta cara a Yûki y la actitud de los demás hacia él cambia. También conoce a una agradable chica de otra clase, Gosho.
Una noche, mientras regresa a casa en bicicleta, Makoto se encuentra con Shiraishi, la novia de Yûki, que le pide ayuda: ¡unos matones se han llevado al chico! Entonces, cuando él interviene en la pelea…